Los beagle son una raza de perros de tamaño
pequeño a mediano. Tienen un aspecto similar al foxhound, pero de menor tamaño,
con patas más cortas y orejas más largas y suaves. Este perro, clasificado en
el grupo 6, sección 1.3 por la Federación Sinológica Internacional, es un
sabueso utilizado principalmente para rastrear liebres, conejos y otras piezas
de caza. Su gran capacidad olfativa e instinto de rastreo hace que se utilicen
como perros de detección de importaciones agrícolas prohibidas y productos alimenticios
en cuarentena a lo largo de todo el mundo. Son animales inteligentes, y
populares como animales domésticos debido a su talla, carácter tranquilo y
carencia de problemas de salud congénitos. Estas características también hacen
de ellos una opción como sujeto de experimentación in vivo.
Aunque esta raza
existe desde hace más de 2000 años, el desarrollo moderno de su cría comenzó en
Gran Bretaña en torno a los años 1830 junto con otras razas como los talbot, el
north country beagle, el southern hound y posiblemente el harrier.
APARIENCIA
Su aspecto general
es similar al de un foxhound de pequeño tamaño, pero la cabeza es más amplia,
el hocico más corto, la expresión completamente diferente y las piernas más cortas
en relación con el cuerpo. Tienen una altura de entre 33 y 41 cm hasta la cruz
y pesan entre 8 y 16 kg; las hembras son por lo general ligeramente más
pequeñas que los machos.
La cabeza es
alargada y fuerte; en las hembras suele ser más estilizada. El cráneo es liso,
ancho y con una ligera cresta occipital. El hocico es de tamaño medio y cortado
en ángulo recto, con la trufa (nariz) ancha, con los orificios nasales amplios
y generalmente negra. Los ojos son de colores marrón oscuro o avellana,
bastante grandes, no suelen estar hundidos en las órbitas ni tampoco son
saltones. Las orejas son amplias y largas, con la punta redondeada y llegan
casi hasta la punta de la nariz si las estiramos hacia delante; de inserción
baja, su textura es suave y cuelgan cerca de los pómulos. Tienen un cuello
fuerte y de longitud media (lo suficientemente largo como para permitir que
baje la cabeza hasta el suelo fácilmente para poder seguir un rastro),
ligeramente arqueado y con poca papada. Tiene un pecho amplio que se estrecha
hacia un abdomen afilado y llega, en su parte inferior, hasta debajo de los
codos; costillas arqueadas que se extienden hacia atrás, y el vientre no tiene
un recogimiento excesivo. La cola es robusta y no muy larga, bien cubierta de
pelo, especialmente en su parte inferior, y con la punta blanca, lo que permite
que el perro pueda verse fácilmente cuando están con la cabeza baja siguiendo
un rastro; la cola no se riza sobre su espalda, pero se sostiene erguida cuando
el perro se encuentra activo.
El beagle tiene un
cuerpo musculoso y una talla media; es de constitución cuadrada: la longitud
desde el pecho hasta las piernas es casi igual a la altura desde el suelo hasta
la cruz. Su pelaje es liso, corto, denso y resistente a los cambios
climatológicos bruscos. Los hombros se encuentran echados hacia atrás y no muy
cargados; las patas tienen nudillos prominentes, almohadillas plantares
resistentes y uñas cortas; las delanteras son rectas y aplomadas y las traseras
son musculosas y dobladas en la articulación superior.
COLORIDO
Esta raza se puede
encontrar con una amplia variedad de colores. Aunque la capa (color del pelaje)
tricolor formada por una base de color blanco con grandes áreas negras y tonos
marrón claro sea la más común, los beagles pueden verse con cualquier color
habitual en los sabuesos.
Las variedades tricolores las encontramos
en varios tonos, desde el llamado classic tri, con un lomo negro (también conocido
como blackback), el dark tri, con marcas de marrón suaves mezcladas con marcas
negras más prominentes, hasta el faded tri, con débiles manchas negras
mezcladas con marcas castañas más destacadas. Algunos perros presentan un
patrón tricolor quebrado, a veces conocido como pied; esta variedad tiene un
pelaje sobre todo blanco con parches de pelo de color negro y marrón. Los
beagles tricolores nacen casi siempre negros y blancos. Las áreas blancas se
establecen normalmente a la octava semana, y las áreas negras pueden ir
cambiando hacia el marrón conforme el cachorro madura y que puede tardar entre
uno y dos años en desarrollarse plenamente. Algunos beagles cambian
gradualmente de color durante su vida y pueden perder sus manchas negras por
completo.
Las variedades
bicolores siempre tienen un color blanco como base, con áreas del segundo
color. Marrón claro y blanco es la variedad bicolor más común, pero hay una
amplia gama de otros colores como un marrón muy claro, rojo, rojizo, naranja,
casi marrón, marrón oscuro y negro. Las variedades a manchas o moteadas pueden
ser blancas o negras con manchas de colores diferentes. Algunos beagles tricolores
también tienen un moteado de varios colores en sus áreas blancas.
OLFATO
Junto al San Huberto (bloodhound, en
inglés), el beagle tiene uno de los mejores y más desarrollados sentidos del
olfato de entre todas las razas de perro. En los años 1950, John Paul Scott y
John Fuller iniciaron un estudio de trece años de duración sobre el
comportamiento canino. Como parte de esta investigación, probaron las
capacidades olfativas de varias razas colocando un ratón en un campo de 4000 m²
y cronometrando cuanto tiempo tardaba cada perro en encontrarlo. Los beagles lo
localizaron en menos de un minuto, mientras que los fox terriers necesitaron
quince minutos y los terriers escoceses no pudieron encontrarlo. Los beagles
son mejores siguiendo un rastro por la tierra que olfateando el aire, por lo
que no se incluyen en la mayor parte de los equipos de rescate de montaña,
donde se utilizan fundamentalmente collies, que usan la vista además del olfato
del aire y son más dóciles.36 Las largas orejas y labios grandes del beagle
probablemente ayudan a atrapar los olores cerca de la nariz.
TEMPERAMENTO
Es un perro
apacible, tanto en su carácter como en su disposición. Descrito en varios
estándares de raza como «alegre» (merry), son afectuosos y generalmente no son
agresivos, pero tampoco tímidos. Disfrutan de la compañía y, aunque puedan
mostrarse inicialmente fríos con los extraños, los aceptan con facilidad, lo
que hace de ellos unos perros guardianes poco adecuados, aunque su tendencia a
ladrar o aullar cuando avistan desconocidos los convierta en posibles perros de
vigilancia.
Los beagles son inteligentes pero, al ser
una raza criada para largas persecuciones, son decididos y resueltos, lo que
puede hacerlos difíciles de entrenar. Son generalmente obedientes, pero puede
ser difícil hacerles retroceder una vez que han percibido un rastro, y pueden
distraerse con facilidad por olores a su alrededor. Por lo general no se
presentan a concursos de obediencia en exhibiciones caninas; mientras están
atentos o en alerta, responden bien al entrenamiento mediante recompensas de
comida, y están impacientes por complacer, aunque se distraen o aburren con
facilidad. Están clasificados en el puesto 72 en el libro The Intelligence of
Dogs (La inteligencia de los perros) de Stanley Coren, ya que Coren los sitúa
en el grupo con el nivel más bajo de inteligencia trabajo/obediencia; sin
embargo esta escala no mide la comprensión o asimilación, la independencia o la
creatividad.
Estos perros tienen un excelente
comportamiento con los niños, y quizás este sea uno de los motivos por los que
es uno de los animales domésticos más populares en las familias, pero son
animales de jauría y pueden ser propensos a la llamada «ansiedad por
separación». No todos los beagles aullarán, pero la mayoría ladrará cuando se
enfrente a situaciones extrañas, y algunos darán aullidos cuando perciban el rastro
de una presa potencial. Por lo general se comportan bien ante otros perros. No
son exigentes en cuanto al ejercicio; su resistencia innata implica que no se
cansan fácilmente cuando realizan ejercicio, pero no deben ejercitarse hasta el
agotamiento antes de darles un descanso, aunque el ejercicio regular ayuda a
evitar el aumento de peso al que esta raza es propensa.
SALUD
El sobrepeso puede
ser un problema en perros viejos o sedentarios, y puede conllevar problemas de
corazón y de articulaciones.
La longevidad
típica de los beagles es de entre diez y quince años, una esperanza de vida
habitual para los perros de su talla.
Los beagles pueden ser propensos a la
epilepsia, pero puede controlarse mediante medicación; también pueden sufrir
hipotiroidismo y varios tipos de enanismo. Hay dos enfermedades en concreto que
son particulares de esta raza: la llamada «funny puppy» (cachorro gracioso), en
la que el cachorro crece de forma lenta y se desarrolla con piernas débiles y
la espalda torcida y, aunque normalmente esté sano, es propenso a diversas
enfermedades; y la displasia de cadera, común en harriers y en algunas razas
más grandes, pero que raramente se considera un problema en los beagles. Por
sus patas cortas, que hacen que al andar se balanceen más que los perros de
patas largas, están considerados una raza condrodistrófica, y son propensos a
varios tipos de afecciones de los discos intervertebrales.
En casos raros,
pueden desarrollar artritis poligénica, una inflamación de las articulaciones
provocada por una disfunción del sistema inmunológico, incluso cuando son
jóvenes. Los síntomas pueden aliviarse en ocasiones con tratamientos a base de
esteroides.
Sus orejas caídas,
largas y amplias pueden hacer que el canal auricular no se airee lo suficiente
o que retengan aire húmedo, lo que puede conllevar infecciones de oído. También
pueden sufrir diversos problemas en los ojos; dos afecciones oculares comunes
en los beagles son el glaucoma y la distrofia corneal. También pueden padecer
el llamado ojo cereza, un prolapso de la membrana nictitante canina, o
distiquiasis, una situación en la que las pestañas nacen fuera de la línea
habitual y pueden irritar el ojo; ambas dolencias pueden ser corregidas
mediante cirugía; también pueden padecer varios tipos de atrofia retinal. Un
fallo del sistema de drenaje naso lacrimal puede causar sequedad en el ojo la
aparición de lágrimas en la cara.
En su condición de perros de campo son
propensos a heridas menores, como cortes y esguinces y, si se mantienen
inactivos, la obesidad se convierte en un problema común ya que ellos comerán
siempre que tengan comida disponible y tendrán que ser sus dueños los encargados
de regular su peso. Cuando trabajan o corren en libertad en el campo pueden ser
infestados por ectoparásitos como pulgas, garrapatas o ácaros de la cosecha y
por endoparásitos como los cestodos; también pueden introducírseles en los
ojos, oídos o patas semillas de hierbas y sembrados y producirles irritaciones.